Thursday, January 29, 2009

BALAS PERDIDAS. SLAVKO ZUPCIC


BALAS PERDIDAS
SLAVKO ZUPCIC
Cuando a Javier T se le ocurrió lanzar un hombre-bala desde Tijuana a San Diego, ya era un artista plástico conocido. A partir de entonces, más conocido y respetado todavía, llovieron las invitaciones para lanzar siempre al mismo hombre. Desde un ferry marroquí hasta Cádiz. Desde Beni Enzur hasta Melilla. De un lado a otro de la Gran Muralla China. Por encima de la Puerta de Brandemburgo. Y desde Puerto Ayacucho hasta Casuarito, sobre el Orinoco. En esta última ocasión, el hombre-bala se fracturó la pierna derecha durante el aterrizaje y el agente invitó a Javier a suplirlo en los eventos siguientes metiéndose en el cañón. Javier aceptó y, ya convertido en hombre-bala, fue lanzado desde Casuarito a Puerto Ayacucho, desde Melilla a Beni Enzur, desde Cádiz al Mediterráneo y desde San Diego a Tijuana. Entonces, había transcurrido un año del primer lanzamiento y, ya en Tijuana, Javier T encontró al primer hombre-bala. Era artista plástico y, lo supo entonces, suya había sido la idea de este periplo invertido que, partiendo de Casuarito, le tenía de regreso en México, apenas a treinta metros de la frontera con Estados Unidos.


-Yo también lo abandono- fue lo único que dijo cuando el primer hombre-bala, cojeando, vino a felicitarlo.

LAS MUCHACHAS QUE TRABAJAN EN LAS TIENDAS. SLAVKO ZUPCIC


LAS MUCHACHAS QUE TRABAJAN EN LAS TIENDAS

Slavko Zupcic


Las muchachas que trabajan en las tiendas, por lo general, son malhabladas. Se dicen marica y puta a pesar de que no se acuestan entre sí y quizás nunca han entrado en un burdel.


Llevan las uñas largas, quizás postizas, y el cabello pintado, pero sólo tienen el dinero del pasaje. Cuando se montan en el metro, siempre llevan sus loncheras y resulta fácil imaginar que, al mediodía, un rincón de la tienda huele a garbanzos y arroz, a plátano frito y queso rallado, a carne amorosamente deshilachada por las abuelas. Casi todas tienen niños: no importa lo que diga su cintura estrechísima. Son delgadas aunque luego sean gordas, gordas para siempre. Hablan de telenovelas y, cuando no, hablan de sí mismas como si la vida fuera una telenovela. Así ven el futuro, los amores, los hijos. Si roban algo, se trata de un pecado venial. No son tontas. Son capaces de lidiar con el dueño, con la esposa del dueño, con los hijos del dueño e incluso con los clientes. A eso iba, al trato que le dispensan a los clientes cuando éstos van a comprar una corbata, una cajita de pañuelos o una docena de alfileres. Los hacen sentir únicos. Acarician sin tocar. Sonríen sin separar los labios. Seducen sin pensarlo. Apenas caminando.

Friday, January 23, 2009

UN POEMA DE LEDO IVO A PROPÓSITO DE "EL CORAZÓN DE VENEZUELA". Ilustración: "Madre Patria" del colombiano Luis Eduardo Chamorro.


Celebrando la edición de la antología El Corazón de Venezuela/Patria y Poesía, compilación de Luis Alberto Angulo y Luis Ernesto Gómez editada por PDVSA a finales de 2008, les presentamos el poema "Mi Patria" de Ledo Ivo (traducido por el mexicano Jorge Lobillo) como una demostración inequívoca de que escribir a la patria no es un acto chauvinista enmarcado en un soporte dispuesto en versos. La vinculación de la voz poética con la nación excede el sopor terrible y cursi del discurso patriotero, más afín a eventos protocolares desprovistos de sentido en el pernicioso ejercicio del poder.


MI PATRIA

Ledo Ivo


Mi patria no es la lengua portuguesa.

Ninguna lengua es la patria.

Mi patria es la tierra blanda y pegadiza donde nací

Y el viento que sopla en Maceió.

Son los cangrejos que corren en el cieno de los mangles

Y el océano cuyas olas continúan mojando mis pies cuando sueño.

Mi patria son los murciélagos suspendidos en el revestimiento de las iglesias carcomidas,

Los locos que bailan al atardecer en el hospicio junto al mar,

Y el cielo curvado por las constelaciones.

Mi patria son las sirenas de los navíos

Y el faro en lo alto de la colina.

Mi patria es la mano del mendigo en la mañana radiosa.

Son los astilleros podridos

Y los cementerios marinos donde mis ancestros tuberculosos y palúdicos no dejan de toser

/ y temblar en las noches frías,

Y el olor a azúcar en los depósitos portuarios

Y las tencas que se resisten en las redes de los pescadores

Y las ristras de cebollas enroscadas en la tiniebla

Y la lluvia que cae sobre los corrales de peces.

La lengua que utilizo no es y nunca fue mi patria.

Ninguna lengua engañosa es la patria.

Ella sirve apenas para que yo celebre mi grande y pobre patria muda,

Mi patria disentérica y desdentada, sin gramática y sin diccionario,

Mi patria sin lengua ni palabras.


Sunday, January 18, 2009

MARISOL PRADAS DIALOGA CON JULIO RAFAEL SILVA SOBRE EL ENSAYO


Julio Rafael Silva Sánchez, ensayista
"El ensayo es fuente de cuestionamiento"

Marisol Pradas

Foto: Jacinto Oliveros.

A lo largo de la historia han existido muchos ensayistas. Algunos sin el título de serlo. Desde la Grecia clásica, de las letras de Platón y Séneca, pasando por los escritos del siglo XVI de Hernán Cortés, Montaigne y Bacon; Quevedo y Locke, en el siglo XVII; Voltaire, en el XVIII; Nietzsche y Martí, en el XIX y todos los que en el siglo XX contribuyeron a hilvanar ideas con la pasión e investigación que este género requiere, hoy más que nunca, brindando voces desde muy distintas técnicas.


Julio Rafael Silva Sánchez nació en Tinaquillo y desde hace mucho tiempo se ha dedicado a escribir ensayos que le han requerido su absoluta concentración y esfuerzo.


Para él éste género literario "es la exploración amorosa del estupor, un concepto que no está equidistante de asomado por Montaigne en 1580 cuando escribió en Essays: "En el ensayo caben la emoción y los sentimientos, sin perturbar las facultades intelectuales alejadas del dogmatismo".


Su tenacidad no ha sido en vano: ha obtenido reconocimientos como el Premio Nacional de Ensayos Literarios "Enriqueta Arvelo Larriva" de la Unellez (1987) por su libro Julio Cortázar, instrucciones para un perseguidor; mención honorífica del Premio Nacional de Ensayos Ipasme (1989) por su obra Desarrollo de actitudes, conductas y valores en adolescentes a través de la manipulación que la televisión hace de la imagen arquetípica del héroe; Premio Nacional de Ensayos del Conac (2004) por su investigación Eduardo Mariño: el brillo y las sombras de una escritura heteróclita; y Premio Nacional de Crónicas 2008 en la Primera Bienal Nacional de Literatura José Vicente Abreu (Cenal-Red de Escritores) entre otros.

¿Por qué el ensayo en Latinoamérica hoy?


Es muy interesante echar mano a la historia para darnos cuenta que estamos a doscientos años de la gesta independentista de América. En esa época, 1810-1820, fue cuando el ensayo empezó a tener fuerza, por su esencia, de ser cuestionador, problematizador y ser una respuesta a los grandes problemas del hombre. No creo que pueda haber sido posible un ensayo fructífero en la época de la colonia, por la sumisión, por la condición de dependencia.


Pienso que en todo el continente el ensayo hoy tiene una vigencia importantísima y en Venezuela más por razones obvias. Aquí se ha convertido en una fuente de cuestionamiento, investigación, indagación y de apertura hacia otras dimensiones de la creación.


En esta época de crisis aunque muchos niegan que haya esta posibilidad en el país, el ensayo es como un mapa para enderezarnos el camino y señalarnos rumbos.


Hábleme de su último libro publicado: Héroes y villanos, llaneros y llanura en las narraciones de José León Tapia...

Examiné la obra de José León Tapia, escritor barinés que nos abandonó a finales del año 2007. Fue un texto que él insistió mucho que se publicase. Fue escrito casi a cuatro manos con él. Mantuvimos una relación muy hermosa durante muchos años. Lo conocía cuando tenía once años en mi casa de Tinaquillo.


Yo escribo por dos razones fundamentales: por afecto y por celebración. Siempre hago las cosas con pasión, como lo decía Platón.

¿Por qué héroes y villanos?


La obra narrativa completa de José León Tapia, desde Por aquí pasó Zamora hasta su última publicación después de su muerte, Vencido por la Nostalgia, es una radiografía de la Venezuela preterida, de los hombres que han luchado por sus ideales, pero que no han sido nunca tomados en cuenta. Lo que él llamaba los excluidos. De héroes que no fueron tomados como tal.
El llano es el protagonista, la esencia fundamental de la obra de José León Tapia.

Es una coedición de la universidad de los Llanos Ezequiel Zamora con una Comisión que nombró la Alcaldía de Barinas para conmemorar los ochenta años que hubiese cumplido León Tapia si hubiese estado vivo el año pasado.


¿De qué trata Vencido por la nostalgia, que tiene como reminiscencias con buena parte de todo lo escrito por León Tapia?

Escribí el prologo y le hice las correcciones. Es también una aproximación a los vencidos y a su vida, porque él se consideraba un vencido, por circunstancias históricas de Venezuela.

Cuénteme e su experiencia en el seminario con Tzvetan Todorov en París.


Todorov es un pensador muy claro, fue mi profesor y es un trabajador muy acucioso e incansable. Por cierto el año pasado el dieron el Premio Príncipe de Asturias en ciencias sociales. Me encantó verlo pro televisión y recordar su rostro, todavía joven, aunque no tanto como cuando me dio clases. Él es un hombre emblemático en la investigación literaria y científica de las ciencias sociales.


¿Qué me puede decir de su experiencia humana con este pensador?

Es un hombre muy cálido. Un poeta, a escondidas, por supuesto. Nunca dejaba que la gente conociera ni leyera su poesía. Pero en esas clases, un tanto ortodoxas, porque él venia de ese método robinsionano o zamorano, él nos leía poesía.

¿Qué está haciendo en estos momentos?


Estoy esperando la publicación del libro con el que obtuve el Premio Nacional de Crónicas el año pasado, que se llama José Vicente Abreu en cuatro tiempos. Es una aproximación un poco diferente a las otras obras mías porque me centré en la crónica. Entré en esa compilación de datos concretos tanto en su parte literaria como existencial. Escrita también con mucho afecto, en el mismo estilo, con material fotográfico, obtenidas de su álbum familiar, regaladas muchas de ellas, inclusive, por esa especie de príncipe renacentista que es José Agustín Catalá.

Hábleme de su primer ensayo sobre Cortázar...

Un hombre a quien yo admiro muchísimo, a quien conocí personalmente e influyó e influye en forma definitiva sobre mi trabajo literario. Un paradigma dentro de la literatura venezolana y latinoamericana por su legado y por su forma de ser. Fue un ejemplo.


Y de su ensayo sobre un ensayista, Arturo Uslar Pietri...


Del retrato a la máscara en el laberinto literario de Arturo Uslar Pietri es una recopilación muy sentida, muy afectiva al mundo de Uslar. Insisto en esa constante: mi escritura esta siempre motivada por el afecto y la celebración.


Es lo que le trae satisfacción...


Tiene que ver mucho mi obra con el periodismo. Soy un periodista frustrado. Desde los años 60' comenzando mis estudios de bachillerato dirigía un periódico mural en Tinaquillo, hasta que fue clausurado porque hubo unas fotos allí que no le gustaron al director.


Entonces fue censurado...


Allí comenzó mi sufrimiento... Después estuve en los 70' en un comité de redacción de un periódico cultural, literario y filosófico que se llamó El Ladrillo de Luis Azocar Granadillo. Con él mantuve una relación muy afectiva siendo estudiante de la entonces Escuela de Educación de la UC.


Posteriormente en el 2000 estuve dirigiendo un periódico que se llamó Contracultura hasta el año 2005.


En este momento tengo una relación muy estrecha con unas personas que están editando un periódico que espero no siga la costumbre inveterada de sólo sacar el primer numero, que se llama Urtext, que lo dirige mi coterráneo amigo Faver Páez y Gustavo Montiel. Tengo un trabajo allí sobre un poeta olvidado de este país, Alí Lameda.


Sus amigos entonces son gente olvidada y vencida.


Te has dado buena cuenta de ello. Olvidados.


Tengo un pequeño libro sobre Carlos Noguera, primo hermano, nacido también en Tinaquillo.


Tengo un libro, distinto a los otros que se llama Francisco Lo Russo: Un Angel de María Lionza. Fue alumno mío espiritista de Tinaquillo. Lo hice porque es un hombre muy cálido que me permitió hacer un estudio antropológico de este culto tan venezolano.

Tuesday, January 13, 2009

POSTDATA DEL DOLOR REVISITADO


POSTDATA DEL DOLOR REVISITADO


José Carlos De Nóbrega


Caricatura de Eneko las Heras
(publicada en blogs.20minutos.es/eneko/)


En la errancia está el dolor

del dromedario extraviado: un violoncello

colgado como una res

en el patio inundado por las lluvias de junio.


Luis Enrique Belmonte, Dios tenga piedad de los errantes, en la antología 70 poetas venezolanos en solidaridad con Palestina, Irak y Líbano (2006).


Resulta de una obscenidad descarada la reacción tardía del Consejo de Seguridad de la O.N.U. respecto a la invasión israelí de la Franja de Gaza: Se tomó dos semanas de bombardeo inmisericorde la redacción de una equívoca resolución que instaba el cese inmediato del fuego, la desocupación del territorio devastado por el ejército invasor y la facilitación de la labor humanitaria que asista a una población mil veces golpeada. Los catorce votos a favor y la cínica abstención de la representación norteamericana -en el juego hipócrita de construir diques diplomáticos- implicaron un saldo sangriento de 769 muertos del lado palestino, de los cuales 219 eran niños. Además, esta organización internacional se entrega a un ejercicio de complacencia sadomasoquista: Las Fuerzas Armadas de Israel -además de entorpecer el quehacer humanitario- arrojaron sobre sí la inmundicia fétida de la impunidad al bombardear una de sus escuelas y disparar a sus vehículos oficiales. Edward Said nos describe la injusta naturaleza de la nakba o catastrófico éxodo palestino: "Mi familia extendida perdió sus propiedades y sus hogares y, como tantos palestinos de su tiempo, soportaron el dolor, no tanto como un desastre político sino como si se tratase de un desastre natural". El año de 1948, las tropas sionistas no sólo expulsaron 780.000 palestinos de su terruño, peor aún borraron de los mapas y los libros de geografía aldeas enteras: Haneifs, Jibta, Mahalul o Tel Shaman por ejemplo. Hoy, los aviones espías teledirigidos son aves agoreras que violan la soberanía, la privacidad y el tránsito del pueblo palestino: donde ponen el ojo electrónico, escupen los misiles Hell Fire. Los tanques israelitas complementan el impío bombardeo aplastando a la población civil: bajo los escombros de sus hogares, los cadáveres fracturados y chamuscados de padres e hijos se buscan a tientas en una pose mortal y desesperada. El cielo de Gaza es profanado y rasgado por la lluvia inclemente de las bombas de fósforo. Es indignante contrastar estas imágenes con la indolencia de los portavoces políticos, burócratas pervertidos que se burlan de todos nosotros al aducir que este ejército asesino es un modelo de humanismo: Los palestinos han sido notificados por teléfono para que abandonen sus casas, mezquitas, escuelas y hospitales. Guerra avisada no mata soldados pero sí a los civiles que no acatan el terrorista discurso del invasor. A los disociados de siempre les preocupa más la expropiación de un Sambil, ese mamotreto arquitectónico que es un decadente museo del siglo XXI, antes que asumir una actitud de contristamiento y solidaridad para con sus hermanos oprimidos: palestinos, iraquíes, libaneses o venezolanos excluidos por la homilía estúpida y la praxis envilecedora de los satisfechos que hacen cabriolas y reverencias al Poder de las élites (sean políticas, económicas o mediáticas). No podemos consentir que se arrincone a nuestros hermanos palestinos en la Franja de Gaza a la manera de un ghetto oprobioso, reedición macabra del exilio palestino en su propia tierra. Entonces es un imperativo pasar de las palabras huecas a la Poesía del Decir, inequívoca, solidaria y militante; sólo el diálogo descarnado y afectuoso con los oprimidos instrumentará acciones eficaces en el combate cotidiano al discurso del poder que se impone al Otro, nuestro prójimo. No nos importa la ausencia cómplice de aquellos que farfullan -sin conocimiento de causa y empantanados en la medianía de prebendas burocráticas y pecuniarias- frases revolucionarias entrecomilladas al garete; por fortuna, contamos con los camaradas de siempre, convocados en un espíritu comunitario y revolucionario, construyendo sin descanso una atmósfera vivaz, crítica y amorosa que nos involucra en la superación de los límites o mojones que pretende imponer una vil concepción del poder.


En Valencia de la Franja de Gaza, viernes 9 de enero de 2009.


Texto leído ese mismo día en el evento "Un canto por la paz del pueblo palestino", auspiciado por la Alcaldía Bolivariana de Valencia, la Fundación Teatro Municipal de Valencia, la Fundación del Poder Popular para la Cultura y el Consejo de los Trabajadores del Arte.